Santa Ana – 1959
Poeta
-Antecedentes poéticos en su familia.
-Mis padres no tenían relación con la poesía. Sí mis abuelos,
porque los dos fueron maestros de la escuela de este pueblo, Santa Ana. Mi
abuela escribía en un periódico de Cáceres y hacía muy buenas poesías.
-La infancia en Santa
Ana.
-En Santa Ana viví pocos años, pero fueron muy bonitos.
Recuerdo las correrías por las calles, ir a la escuela con las catiuscas en
invierno. Fue una época muy bonita, muy feliz.
-¿Cuándo se va a Cáceres?
-Me fui a Cáceres a los 7 años. Cuando era la época de
Franco, la postrimería de los años 60, estudiaba en el colegio San Antonio.
Aquellos frailes nos obligaban a cantar el cara al sol. Era diferente a como
viven el colegio los niños de ahora, aquello era mucho autoritarismo, mucha
represión. Yo recuerdo que hasta los municipales te daban unas leches si te
cruzabas el semáforo en rojo.
-Su comienzo en la
poesía.
-Cayeron en mis manos el libro de Hojas de hierba de
Walt Wittman y otro de Miguel Hernández y me gustaron tanto que me apeteció a
mí escribir. Estando en la mili, me aposté con chaval, estando en la garita,
que yo me iba a tomar algo al bar del soldado. Puse allí “Vale por un centinela”
y me fui. Entonces me pescó el oficial de guardia y me dijo: ¿tú qué haces
aquí, si tú eres de una garita? Me metió en el calabozo dos meses. Pero solo
estuve 14 días porque se murió el Papa. Y esos días en el calabozo, como no
tenía nada que hacer, me puse a escribir poesía y así empecé.
-Después de la mili.
-Estuve en la Asociación de Amigos de Miguel Hernández. Fue
una época muy bonita porque conocí a la viuda de Miguel Hernández, a su hermana,
a Fenoll el panadero que escribía las guías. Fui a Orihuela en el XL
aniversario y publiqué en la revista Vientos del pueblo y a raíz de ahí
empecé a publicar en varias revistas. Publiqué un libro que llamé Primavera
81 - Voces de hoy, con cuatro poetas.
-¿Cómo se comienza en
el terreno literario?
-Con muchísima ilusión. Claro, en aquella época todo te
parecía sorprendente. Yo conocía a Rafael Alberti y a Buero Vallejo, porque en
Madrid a todo lo que había te ibas. Conocía también a Leopoldo Luis, a Luis
Rosales y a un montón de poetas históricos. Era todo ilusión. Tus poemas no
valían, pero sí la experiencia que cogías.
-¿Cuándo se va a
Requena?
-Después de todo esto, yo me fui a Requena e inaugure la
feria del libro de allí en el año 1989 con Pablo Motos, el de El hormiguero. A
partir de ahí estuve unos 20 años sin publicar nada. Pero cuando se murió mi
padre hice una elegía, Elegía Primera la llamo, que la colgué en
internet, la vio un compañero de aquella época y me dijo: “Esto tienes que
publicarlo”. Él busco la editorial Alfasur para que publicase El tiempo que
me habita en 2006.
-¿Por qué tanto tiempo
sin publicar?
-Me casé, iba y venía… no me apetecía. Después publiqué la
elegía a mi padre y como tuvo mucho éxito de crítica me subió la autoestima.
Más tarde, publiqué Los versos de la ausencia y la derrota, que para mí
es mi mejor libro. Seguí con Dana o la luz detenida y ahora Oxígeno.
-¿Hay un cambio en su
poesía desde Primavera 81 a los poemarios publicados a partir de 2006?
-Hay nuevas experiencias de la vida y culturales. En
Primavera 81 hay la esencia de la juventud, de pensar mucho en izquierdas,
porque en aquella época estaba todo por hacer. Es un libro que tiene la base de
todos los poemas de ahora. El poema que publiqué en la revista Vientos del
pueblo en el año 1982 tiene unas imágenes que tienen mucho que ver con
todos mis libros. Y desde 2006, pasando por Dana o la luz detenida hasta
llegar a Oxígeno se nota cierta maduración porque estar metido en el
ambiente literario y conocer la poesía actual te influye también. Posiblemente
estoy cogiendo yo cosas de Paco Bermejo y de otros, porque todo lo que lees
influye en la poesía.
-¿Colmó sus
expectativas su primer libro?
-Mucho. El tiempo que me habita tuvo una acogida de
crítica buenísima. Ha sido el libro más nacional, porque los otros se han
quedado aquí en Extremadura, pero El tiempo que me habita se publicó en
Madrid y se vendió allí, en Toledo, en Galicia, en Barcelona,… Tuvo mucha
repercusión.
-Participación en Antologías:
-He participado en más de 15 antologías. Según te van
conociendo te piden: “Oye, ¿por qué no publicas aquí? Al principio, cuando
publiqué El tiempo que me habita, solo publiqué en una antología. Cuando
saqué el segundo libro, ya publiqué en dos o tres y luego ya en el 2011 fueron
10 u 11 antologías. Cuanto más te conocen, más te piden. Ya he tenido que
empezar a decir a muchas que no.
-¿Hay un círculo
poético?
-Sí, lo hay, pero yo no lo piso porque no estoy en Cáceres.
Hay un círculo muy bueno.
-¿Se acepta a la gente
que viene de fuera?
-A mí me ponen en todos lados: “El poeta extremeño José Cercas”,
tanto en Cáceres como en Badajoz, en todos los periódicos, es curioso. A mí me
gusta.
- “Nacer en
Extremadura”
Nacer en
Extremadura, es nacer bajo los cerezos del Jerte,
cantar con los
páramos de Cáceres
y sentir como el
trigo alienta su vida de barro.
Es tejer una
colmena de azúcar en la encina,
que madura al
poniente, su tosca piel de centeno.
Nacer en
Extremadura, es sentir el aroma de Monfrague,
y ver, sobre su
cielo, como el buitre leonado, agita su cola de sombras.
Caer con el agua
de Gredos, hacia la bravía pasión de sus orillas
y ver cómo juega
con la roca y vence la sed del peregrino
en las fuentes de
la Vera o en el corazón del Tajo.
Aquí se canta con
la voz ronca, con la voz de la cosecha,
se ama a Roma, en
la frente de Mérida,
y se concibe la
luz, a golpe de estructura,
en el puente
milenario de Alcantara.
Aquí el viento,
duerme su penumbra de otoño,
y se parecen
todas las calles al color de abril,
y se forja la
palabra en el aire
pues esto es
Extremadura ,y es así, como yo la siento.
En el poema “Nacer en
Extremadura” ensalza su tierra y se siente orgulloso de ella, ¿qué siente José
Cercas al vivir tan lejos de Extremadura?
-Eso
es lo que te queda en la mente cuando tienes que abandonar tu tierra y no
quieres dejarla. Cuando te vas de tu tierra te sientes tan desprotegido que la
quieres mucho más y que te apetece volver antes.
-¿Siente morriña?
-Ya
no, ya estoy casi siempre aquí, pero cuando me he tirado temporadas largas sin
venir, sí.
-¿Qué piensan fuera de
Extremadura de nosotros? ¿Nos ven como el Tercer Mundo?
-No,
no… bueno, hay gente que a lo mejor tiene menos visión de la vida, que ve
Extremadura como un campo de trigo y llanuras. Hay gente que te dice eso: “Pues
yo pensé que Extremadura era llanuras, sin árboles”. Yo les digo que no tiene
nada que ver eso con Extremadura. La gente ahora, por ejemplo, en Valencia
donde yo estoy ve Extremadura como una potencia cultural bastante grande, porque
aquí ahora mismo, creo yo, que se está haciendo la mejor cultura de España. Hay
muchos escritores muy buenos, como mi primo Javier Cercas, Eugenio Fuentes,
Diego Doncel, al que le acaban de dar el premio Gijón… un montón de escritores.
- Año 2012, publicas Oxígeno.
¿Por qué Oxigeno? ¿Es una manera de dar a entender que la sociedad de hoy está
tan asfixiada que necesita coger aire?
-Imagina
que tú llegas a casa después del trabajo, de respirar malas influencias en la
calle con la crisis, con la política… y te pones unos cascos para escuchar
música clásica y relajarte. Yo quería que Oxígeno fuese una cosa así,
qué tú llegases a tu casa y al leer Oxígeno te evadieses de todo.
-En Dana o la luz
detenida hablas de los cuatro elementos, ¿en Oxígeno que
encontramos?
-Oxígeno
es una continuación de Dana o la luz Detenida. Es una poesía mucho más
evolucionada en el sentido crítico de la palabra evolución porque estoy más
cabreado que estaba aún en Dana.
-¿Qué tiene Oxígeno
en comparación con sus otros poemarios?
-Tiene
menos poemas de amor y más poemas de la tierra, más “poemas cabreados” que los
llamo yo: contra la crisis y la verdulería que hay en la política de hoy en
España.
-Su vida transcurre entre
Santa Ana y Requena.
-Santa
Ana es la tranquilidad. Creo que lo digo en algún poema: el hombre que viene vendiéndote
tomates, el perro que ladra en la calle… Requena es todo lo contrario: alumnos,
muchísimo bullicio… es diferente.
-La presentación de Oxígeno.
-Empecé
el día 21 en la Biblioteca Delgado Valhondo en Mérida. Ahora tengo que ir a
Cáceres el día 5 de octubre al Palacio de la isla. Y después por todos lados.
-¿Cómo está respondiendo
la gente?
-Yo
estoy muy contento. Se nota que la gente ya va asimilando mí poesía porque ya
no hace falta que los invites por facebook, si ellos ven que presento un libro
van a verme. Es lo más bonito que hay.
-¿Cómo compagina ser
educador social con escribir poesía?
-La
poesía te da libertad para escribirla cuando quieras, sino no podría. Yo
escribo igual a las diez de la mañana que a las diez de la noche.
- Próximos proyectos.
-Tengo
varios, pero hay veces que tienes que decir que no a muchas cosas porque no
tienes tiempo ni poemas para todo el mundo. Voy a sacar un libro que se va a
llamar Terra Ext y una antología de todos los poemas de amor que he
publicado.
-El poema que haya
escrito que más lo define.
-A
lo mejor Manifiesto es el que mejor me define como poeta.
-El amor. ¿Ha utilizado
la poesía para enamorar?
-Todos
los poemas que yo he escrito en cada época han tenido su mujer y su
circunstancia de enamoramiento. Sin embargo, yo nunca he escrito para
conquistar, he escrito lo que yo sentía.
-Sobre la religión.
Creo en todas las
religiones que lleven el amor como bandera, que no castiguen a su adoctrinados
por los errores cometidos, y no premie a los que con dinero compran sus
pecados. Osea, no creo en ninguna.
¿En qué cree José Cercas?
-Creo en la
esencia de la vida, en el amor, en la libertad ideológica y religiosa. No creo
en la gente que me impone una religión ni una manera de ver la vida. Puedo
creer en religiones pero no en religiones que obligan, y más por dinero. La
religión se inventó para no tener miedo a la muerte, para decir: “esto no acaba
aquí”, pero hay que concebir la religión de una manera más humana.
- La historia de la crisis.
I
Antes de la crisis que asola esta
tierra,
solo existía la soledad, el tedio,
gente que, adormecida, iba del trabajo a la melancolía.
Zombis besando las vías necesarias para seguir el camino.
No había valles sin justiprecio, ni sombras donde cobijarse.
Ni días de néctar en las haciendas.
Ni natura descolgándose, en verde, por las azoteas.
Ni crepúsculos dibujando su esperma antes del diluvio.
Ni bosques nadando entre las flores del alba.
Solo había latidos descompasados, tambores y cacharrería,
petroleros surgiendo de las mareas
y gigantes de hormigón que parían ciudades columpiadas por la inercia.
Tele 5 en todo su esplendor, derramando sangre y basura,
ofreciendo sus miserias por las ventanas de la noche.
Señales del adulterio en las cunetas
y silentes obreros llenando sus arcas en la lujuria del cemento.
La poesía era perseguida y moría abatida
en las bibliotecas del aire.
gente que, adormecida, iba del trabajo a la melancolía.
Zombis besando las vías necesarias para seguir el camino.
No había valles sin justiprecio, ni sombras donde cobijarse.
Ni días de néctar en las haciendas.
Ni natura descolgándose, en verde, por las azoteas.
Ni crepúsculos dibujando su esperma antes del diluvio.
Ni bosques nadando entre las flores del alba.
Solo había latidos descompasados, tambores y cacharrería,
petroleros surgiendo de las mareas
y gigantes de hormigón que parían ciudades columpiadas por la inercia.
Tele 5 en todo su esplendor, derramando sangre y basura,
ofreciendo sus miserias por las ventanas de la noche.
Señales del adulterio en las cunetas
y silentes obreros llenando sus arcas en la lujuria del cemento.
La poesía era perseguida y moría abatida
en las bibliotecas del aire.
II
Pero llegó la crisis modificando la risa.
Fue entonces cuando oí la voz del pueblo,
el trueno aflorando de su boca,
vi llover, desde la nube al pan de cada día
y sentí como la masa desnudaba al tirano
y un puño de fiero estoque
y un dedo levantándose entre mil y uno,
apuntando directamente a la bestia.
Y caminé con mi pueblo, paso a paso, lento pero cierto.
Y sentí ¡por fin! como esta tierra, se llenaba de vida.
¿Y ahora, que la vida es dura, que ya
no nos refugiamos en la telebasura de Telecinco, que la gente no sale del
trabajo porque no tiene, ahora que se necesita la poesía como reclamo del
pueblo, está apareciendo? ¿Está siendo la poesía ahora un arma para el pueblo?
-Yo creo que
sí. La poesía siempre ha estado, lo que pasa es que hay muchas maneras de ver
la poesía. El cantautor necesita al poeta, el político necesita del poeta, el
enamorado para conquistar a la enamorada utiliza un poema. Todo tiene que ver
con la poesía. El político cuando quiere parecer intelectual siempre utiliza la
frase: “Como dijo el poeta”. Ahora la poesía tiene que ser lo mismo que fue en
la transición española: la poesía de protesta, la poesía del pueblo. Cuando yo
pongo un poema revolucionario ahora en facebook o en mi blog, siempre hay gente
que se lleva el poema a su espacio, porque lo necesita, no mi poema, sino lo
que digo en él. Pretendo dar ánimos y gallardía.
Excelente entrevista, dos poetas hablando, cara a cara...
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