lunes, 29 de octubre de 2012

CARMEN HERAS









Entrevista a Carmen Heras





-Antecedentes políticos en su familia.

Ninguno. Mi padre era un hombre político, leía y hablaba sobre política pero nunca se metió en ese terreno.

-¿En qué año se afilia al PSOE?

Me afilié en 1986.

-¿Qué le lleva a ello?

 La influencia de un grupo de amigos, entre otros mi marido, que me decían que yo tenía que entrar en política, que había que trabajar por proyectos colectivos dentro de la ciudad. Me cogió en un momento en que yo ya estaba más o menos situada, porque ya tenía a mi hijo, había sacado las oposiciones… tenía mi vida personal resuelta.

-El PSOE abarca un gran abanico de ideales. Laicos, creyentes, taurinos, anti taurinos,… ¿Qué ideales fomenta usted?

Yo creo que hay que mantener el respeto de unos hacia otros. En la pluralidad está la virtud. Yo no soy de un pensamiento único, soy en ese sentido muy heterodoxa.

-Su época de estudiante en la universidad.

Me cogió todo mayo del año 1968, que fue cuando llegué a la universidad de Valladolid. Viví toda la ebullición que tuvo el movimiento universitario a pesar de que todavía vivía Franco y que estaban las libertades muy restringidas. Los años de después de su muerte también fueron muy intensos desde el punto de vista de los movimientos jóvenes. Y posteriormente, estando ya en la escuela de magisterio en Virgen de la Montaña, tuvimos unos años muy políticos, con muchísimo estudiante comprometido, unos buenos grupos de gente trabajando por la democracia y por la libertad. Estaban muy relacionados con células que había en otros lugares de España. Era un momento convulso porque no sé sabía después de la muerte de Franco cómo acabaría todo. Él murió diciendo que lo dejaba todo “bien atado” y en la juventud había mucha intranquilidad y deseo de que lo que se hiciese, se hiciese bien.

-¿Cómo era la universidad de entonces?

Mi etapa en la universidad la recuerdo como una época de falta de libertades. Íbamos a las escuelas a enseñar a leer y escribir, porque las mujeres teníamos que hacer el Servicio Social; también acudíamos a pueblos y barrios deprimentes, porque había muchísimo analfabetismo. En los cines veías películas comprometidas que hacían en Cuba o Brasil, en las que tenías que interpretar tú el mensaje porque no se podía hablar con claridad de ciertas cosas. Para conseguir libros que en toda Europa eran normales, había que traerlos de extranjis en las maletas de amigos que salían a trabajar fuera a ganarse unas perritas para tener dinero para el curso. Empezaba el Partido Socialista otra vez a renacer. El Madrid hubo un movimiento muy fuerte de los universitarios. Los grises entraron a caballo, se produjeron situaciones muy desagradables. Hubo gente que hirieron, alguno murió. Además de estudiar tu carrera, tenías que estar al tanto de lo que se estaba haciendo en arte, literatura… en cultura general, para que la gente te considerase. Yo eso lo extraño mucho ahora. En aquel momento, el ser culto vendía.

-¿Cree que los estudiantes de ahora tienen conciencia social?

Yo viví una época donde la universidad era muy elitista. Todo esto que avisa ahora el ministro Wert ya lo he vivido. Yo estudié en un colegio de monjas, la escuela pública estaba totalmente estropeada. No se invertía en educación. Cuando terminé el bachillerato hice el PREU en el instituto porque en el colegio no se podía hacer. Luego pasé a Salamanca. No había universidad en todos los sitios. De Salamanca me fui a Valladolid a estudiar la carrera que me gustaba. Mis compañeros eran personas con becas o hijos de familias con dinero que podían permitirse el lujo de estudiar. Había mucho hijo de militar, compañeros del Opus Dei y gente de familia modesta apenas. En mi carrera éramos dos mujeres, todo lo demás eran hombres, porque las carreras científicas han sido normalmente objeto de hombres. La gente estaba muy concienciada, era muy política. Yo voy y vengo con chavales jóvenes en el autobús y no les oigo hablar nunca de política. Les escucho como mucho: “Bueno, veremos a ver la segunda matrícula cuanto me va a costar, no sé qué dirá mi padre”. Entiendo que no les ha hecho falta.

 -¿En qué año llega usted a Cáceres?

En 1973.

-¿Por qué viene a Cáceres?

Yo vengo a Cáceres porque mi marido, al que conocí en la universidad, era de aquí. Las personas de Cáceres que estudiaban en la universidad iban a Salamanca o a Madrid. Los de Badajoz, en cambio, a Sevilla. Yo conozco a mi marido en Salamanca, estudiábamos los dos en la Facultad de Anaya. No estábamos en el mismo curso, él hacía otro selectivo distinto porque quería ser ingeniero de caminos. Le conozco en los intercambios que hacían los colegios. Yo estaba en un Colegio Mayor en la Gran Vía de Salamanca, él estaba en los Bartolos que es un colegio de Salamanca muy clásico, de la Edad Media. Empezamos una amistad. Él me hablaba mucho de Cáceres, recuerdo que me regaló un montón de postales de la Parte Antigua. Después él se va a Madrid, yo me voy a Valladolid. Luego él vuelve… nos casamos. Cuando termino la carrera, pido trabajo en diferentes sitios. Uno de ellos fue Cáceres y me llamó el catedrático de Matemáticas. Yo había hecho físicas para irme a una fábrica o a ser la mujer del tiempo que era lo que a mí me gustaba. Me vine con gran disgusto de mi padre, porque en aquella época para ir de Zamora a Cáceres se tardaba 6 horas. Venía en un coche de línea que iba parando en todos los pueblos, tardabas toda la tarde. Mi padre veía 300 km de distancia. Extremadura era algo lejano y totalmente extraño.

-¿Esta ciudad era entonces tan conservadora como ahora?

Exactamente igual. No ha evolucionado nada, prácticamente muy poco. Ahí tiene mucha culpa la universidad. Debió meterse mucho más a fondo e intervenir mucho más, pero para eso también hace falta tener tiempo y querer. El profesorado universitario se dedica a lo suyo y luego no interviene en la vida de la ciudad, lo cual es un error. Fíjate, cuando Salamanca jugó a ser Capital Europea de la Cultura, que lo fue, era el rector de la universidad el que estaba metido en todo el ajo, era uno de los que promocionaban y hacían las cosas. Eso aquí es impensable, la gente es políticamente correcta y es complicado.

-Desde 1995 que entró como concejala por el PSOE en el ayuntamiento de Cáceres, hasta 2003 que es elegida Portavoz del PSOE, ¿Cuál es su labor dentro del partido? ¿Cómo logra una persona encabezar la lista?

Yo entro en el año 1986 en el partido. En el año 1995 me proponen para ir al Ayuntamiento de número 2. Entonces era directora de este centro (Facultad de formación del profesorado). Vivíamos un momento malo porque ya se veía que el PSOE podía perder las elecciones. Me ofrecen ir de número dos porque el número uno lo tiene una persona que ha estado siempre en el congreso. Entiende el partido que es poco conocido en Cáceres y que era bueno que fuese alguien con él más conocido. Yo había ganado cierta popularidad. Se estaban imponiendo las nuevas carreras en las escuelas de magisterio de Cáceres y Badajoz. Como Juan Carlos Rodríguez Ibarra, que entonces era el presidente de la Junta, era profesor en la escuela de Badajoz, siempre utilizaban su nombre para cualquier cosa. Iban a ver al rector y le decían que Juan Carlos Rodríguez Ibarra había dicho que sí a cualquier cosa, con lo cual esta escuela estaba en inferioridad, o así lo veíamos nosotros, con respecto a la escuela de Badajoz. Yo tuve que pelear fuerte para que no quedase descolgada. Había que repartir un número de carreras. Se dijo que no había que repetir. Luego las hemos tenido duplicadas. Yo salí en la prensa diciéndole a Juan Carlos que no podía solamente mirar para Badajoz. Eso gustó mucho en Cáceres, aunque yo no lo hice por eso. Él no tenía la culpa, le contaban las cosas de una forma determinada y lógicamente, las creía. Aquello fue tremendo dentro del Partido, se escandalizó todo el mundo. Cogí esta escuela con 700 alumnos y mi intención era aumentar el número, que no se cerrase. Trabajamos mucho. Necesitaban una persona que fuese universitaria, que no viviese de la política, mujer, que defendiese Cáceres incluso de Juan Carlos Rodríguez Ibarra… que diese el perfil. Me insistieron muchísimo. Yo primero dije que no porque la verdad que nadie se había dirigido a mí en los años que llevaba en el partido. Yo ya tenía mi estatus profesional y mi oposición. Volví a decir que no y me insistieron tanto que acabé diciendo que sí, pero más que nada porque ya sabíamos que íbamos a perder. Hicimos una campaña municipal muy difícil, la gente no nos abría la puerta de las casas. En Cáceres la gente es muy fría cuando quiere, al igual que muy cariñosa cuando le apetece. Perdimos por muchísimo. Quedamos muy mal. Entramos en el ayuntamiento en el mes de junio con una mayoría aplastante del PP y en el mes de enero había elecciones generales. Dijeron que fuera de número 2 al Congreso de los Diputados. Estuve de concejala desde el mes de junio de 1995 hasta que empezó la campaña electoral en el mes de enero, y en marzo fueron las elecciones generales y estuve 4 años en el congreso de los diputados, del año 1996 al año 2000. Estuvimos en la oposición a Aznar y fueron 4 años interesantísimos.

-¿Estaba el PSOE tan dividido entonces como ahora? 

Las elecciones han sido muy calamitosas para nosotros, una gran desilusión. Fundamentalmente en los municipios, porque algunos con mayorías absolutas se han perdido. Yo creo que los votantes han pensado que tenían que quitar cualquier cosa relacionada con el PSOE y poner al PP a ver si arreglaba las cosas. Hemos perdido la junta y eso ha sido todavía más doloroso porque nos hemos quedado a dos diputados. Y las diputaciones también. Como ha sido perder en todo, la gente se ha quedado descolocada. Hemos entramos en un periodo de congresos, muchos buscando una renovación del partido, que vengan tiempos nuevos y dar salida a gente más joven que pueda tomar el testigo, y otros sin embargo, han pensado que hay que agarrarse con unas y dientes a lo que haya porque la situación es grave. Eso ha dado lugar a todo este tipo de colectivos, de grupos que bajo una apariencia de hacer unos cambios, tenía también otro tipo de objetivos que era que la gente no quedase descolgada, que siguiera teniendo puestos orgánicos para cuando las cosas cambien,… En unos casos es natural, en otros ha sido exageradamente fuerte; en unos se ha elegido bien, en otros mal… lo cierto es que el partido está pasando una mala etapa.

-En la oposición a Saponi, ¿Consideró buenos los resultados pese a perder las elecciones en 2003 al ganar con concejales?

Sí, porque cuando yo me presento como candidata al ayuntamiento, Saponi era una especie de tótem, todo el mundo me decía, incluso la gente del partido: “No vas a sacar nada, porque él es un hombre muy querido, tiene muchos concejales, no va a perder” De tal manera que cuando conseguimos arrancarle dos concejales, lo dejamos con 13 y después se le fue uno y se quedó sin mayoría. Eso fue un triunfo fuertísimo, aumentamos mucho los votos, trabajamos muchísimo porque no estaba nadie liberado y tenías que salir de tu trabajo e ir a hacer política por los barrios, que te conocieran, que los conocieras… muy pendientes de las necesidades. Fue tan dura la campaña que cuando terminó me salió un herpes en la frente. Aunque perdimos, fue un éxito. Y ya ese año dentro del ayuntamiento, raspamos, raspamos, raspamos… Era otra cosa.

-Año 2007. Alcaldesa de Cáceres con el apoyo de IU y Foro Ciudadano. ¿Cómo fue gobernar con Santiago Pavón?

En política importa más la imagen que la verdad. Lamentablemente en este caso, aparentemente, Pavón me dio más guerra de la que me dio. Como era tan estruendoso, todo lo decía en la prensa y soltaba cuatro cargamentos, parecía que había una guerra civil dentro y no era para tanto. Era muy histriónico, hacía teatro. Lo hizo muy bien, porque de hecho ya ves que duplicaron el número de votos y les ha salido fenomenal después de tanta tontería como hizo en los 4 años.

-¿Fue complicado sacar sus proyectos adelante?

Fue muy complicado. Primero, porque eran dos socios muy alejados uno del otro. Uno era de tendencia totalmente liberal y el otro marxista leninista: todo hay que municipalizarlo, todo tiene que hacerlo el estado, cualquier cosa es una veleidad,… Entonces discutían entre ellos, no conmigo. Los dos querían que yo les diera la razón y yo sabía que en cuanto se la diera a uno de ellos, aquello se rompía. El equilibrio estaba en mí. Como cuando tienes dos hijos, no puedes decir que uno es bueno y otro es malo si se pegan, tienes que intentar mediar. Felipe Vela es un hombre muy inteligente, pero se cansa de las cosas: “Quiero que hagamos una reforma en la Plaza Mayor”. Vale, hacemos la reforma, conseguimos el dinero y cuando va a empezar el proyecto “yo ya me canso y me marcho”. Te embarcaba en las cosas y luego escapaba del barco. Es verdad que se portó muy bien conmigo, jamás fue desleal, lo que pactamos lo cumplió. No tengo ninguna queja de Felipe Vela. Pero el otro era todo lo contrario: ahora acordamos una cosa, nos vamos a casa, pasa la noche y mañana viene y dice otra. Era continuamente así. Era no saber con lo que me iba a encontrar al día siguiente. Y además, con la desventaja de que como yo era la alcaldesa, no podía ponerme a su altura. Cuando en un pleno decía cuatro burradas, pues a mí me hubiera apetecido contestarle con otras, pero yo no podía porque era la alcaldesa. Con lo cual, parecía que él quedaba siempre por encima. No fui capaz de vender hacia fuera que era una persona totalmente improvisadora. El tenía cultura política y sabía que como nada más era una persona quedaba tapada por todos los demás, entonces tenía que hacer alguna cosa rara para que hablaran de él y lo conseguía. Hoy rompía documentos, mañana salía diciendo que iba a hacer una denuncia ante el fiscal, pasado decía… continuamente cosas llamativas. La lastima fue que invertimos 50 millones de euros en la ciudad y sin embargo, en la imagen de la ciudad ha quedado que Pavón no me dejó hacer nada, cuando realmente es verdad que me incordió muchísimo y es verdad que no sabía nunca como actuar con él, porque si le invitaba a las reuniones, después contaba fuera lo de dentro y si no le invitaba a las reuniones, también se enfadaba porque no le invitaba, con lo cual era un lío y era el primer teniente alcalde. Le mandaba en representación mía y me dejaba en ridículo. Una vez lo envié a la inauguración de una entidad bancaria porque yo no podía ir. Llega allí y cuando entra el obispo con el hisopo dice en voz alta: “¿Que viene ahora el obispo a bendecir esto? Hasta aquí podíamos llegar. Me voy”. Y no repito todo lo que dijo después. Con lo cual, el representante de la alcaldesa, ¿cómo que se marcha? Cosas de este tipo son graves ante el punto de vista del protocolo y de lo que es esta sociedad que es políticamente correcta y muy suave en las formas. Este tipo de planteamientos me hizo un daño muy grande. Cuando decidí cesarlo, el daño ya estaba hecho.

-¿Qué le parece Margarita González-Jubete?

Margarita es una mujer inteligente. Ve las cosas, no tiene nada de fundamentalista. Yo creo que ella podría ser una buena secretaria de IU. Eso dependerá de ellos, son cosas internas. Nosotros en el ayuntamiento nos llevamos muy bien con ella, de hecho pactamos prácticamente todo. Estamos de acuerdo en muchas cosas.

-¿Fue una sorpresa la abstención de IU a nivel regional?

Si lo fue. Nunca pensamos que Izquierda Unida fuera a dejar gobernar al PP. Creímos que a lo mejor no entraban en el gobierno, que simplemente votaban a Guillermo Fernández Vara y exigían un programa determinado para presionar desde fuera, pero que se abstuvieran y dejaran gobernar a Monago fue una sorpresa. Yo creo que hoy aun no nos hemos recuperado de eso. Ha sido una gran frustración.

-Cáceres 2016. ¿Qué falló? ¿Fue un golpe anímico no estar entre las 6 ciudades que optaban a capital cultural europea?

Ahora que ya ha pasado el tiempo, tengo que decir que Cáceres era una favorita, todo el mundo lo daba por hecho. Cuando dan los nombres y no aparece Cáceres, la mayoría de la gente estaba asombrada de que no nos hubieran nombrado. Fue una fatalidad en el sentido de que igual les hubiera dado decir 6 finalistas que meter 7, una más. El propio método de selección está equivocado: tú tienes que defender el proyecto delante de un tribunal, de una comisión, de gente que no es toda de España. Entonces viene un señor inglés y escucha a 20 ciudades que le están vendiendo lo buenas que son, pero ese señor no conoce la ciudad. Con lo cual, que te examine gente de fuera que no conoce antes las ciudades… Vas totalmente perdido, porque tampoco tienen conocimientos como para ser objetivos.

-¿Qué tiene San Sebastián que no tenga Cáceres?

Yo creo que entró la política. San Sebastián salió elegida, no porque tenga mérito, que los tiene, es una ciudad maravillosa, extraordinariamente bella, importante y culta. Está muy bien elegida. Pero sí que es verdad que el decreto por el cual nos presentábamos para intentar conseguir la capitalidad cultural, decía que era una forma de ayudar a las ciudades a que pudieran promocionarse, ampliar, poder tirar para adelante, y a San Sebastián no le hace falta, porque es ya una gran ciudad sin ser capital europea de la cultura.

-Hablemos del Edificio Embarcadero. La actual alcaldesa, Elena Nevado, lo ha calificado como un “semillero de enchufados” y a las empresas allí instaladas como “okupas autorizados por el anterior gobierno”. Incluso se habló de su cierre. ¿Qué opina al respecto?

La actual alcaldesa de Cáceres responde a un cliché y habla generalmente conforme a él. Algo se le va quitando ahora que ha pasado un año y pico, se ha dado cuenta de que las cosas no son como ella creía que eran. Elena Nevado llegó a la alcaldía sin conocimiento de lo que tenía que ver con el municipio y este fue uno de los temas. Este proyecto se hace en la época de Saponi. Entonces teníamos muchos fondos europeos. Es un proyecto faraónico, en un barrio deprimido como era Aldea Moret, intentando rehabilitar un edificio que se llama “Embarcadero” porque allí los trenes que llevaban el mineral se colocaban y se cargaban. Allí se embarcaba el mineral. Es un proyecto muy bonito pero muy costoso. Cuando nosotros llegamos a la alcaldía está terminado el edificio prácticamente, falta la cubierta, porque se había mantenido el techo que tenía anteriormente. Nosotros lo abrimos. Había que darle juego y hacer que la gente entrase en Aldea Moret y se quedase, porque la gente se piensa si va o no va a allí, tiene una especie de etiqueta de barrio marginal. Luego no es más inseguro que otros barrios, pero tiene una etiqueta. Nosotros lo que hicimos fue ser flexibles a la hora de aceptar personas para ocupar despachos, en un intento de que aquello se llenara, que empezase a funcionar y la gente viese que aquello era algo interesante. La alcaldesa es como es “Voy y echo a todo el mundo” y luego les ha costado Dios y ayuda volver a llenar los espacios. Los ha llenado con una manta de trapos: ha cogido de aquí el rojo, de aquí el verde, de aquí el azul… no tiene nada que ver lo que hay en unas partes con lo que hay en otras. El proyecto ha perdido lo que era la filosofía del conjunto: un edificio inteligente que de alguna manera iba a servir a toda una serie de empresas innovadoras para relanzar desde ahí una economía de la ciudad. Todo eso se ha quitado. La gente, la mayoría de la que echó, se ha buscado la vida por otro lado. Con lo cual ahora ha cogido cuatro de aquí que le da la junta, cinco de allí que le da una empresa pública, etc. Eso está sin orden. Habrá que esperar.

-El corte inglés. ¿Qué ha aportado el PP para conseguir que este proyecto vaya a hacerse realidad?

El Corte Inglés es un proyecto también de la época de Saponi, que se empeña en meterlo dentro del Plan General de Urbanismo. Para poder hacer El Corte Inglés, como se quiere construir en un edificio que es docente, hay que cambiar la calificación del suelo, tiene que dejar de ser docente. Para dejar de serlo, hay que hacer una modificación y para hacerla, como el plan anterior no lo permitía, ha habido que esperar al plan nuevo, que sí que lo permite en función del interés social. Eso lleva unos trámites para que no haya pelotazos a base de estas cosas. Hay tres socios: uno, las carmelitas, que son las dueñas, las que venden; otro socio es El Corte Inglés, que quiere instalar su almacén, pero quiere coste cero; y el tercero, son los socios promotores, que quieren hacer El Corte Inglés, pero al lado quieren construir viviendas de 90 millones de pesetas. Resulta que llega el momento de la crisis y para hacer las viviendas de 90 millones de pesetas hacen falta unos préstamos bancarios que no llegan porque la banca ya no los da. Al mismo tiempo, la junta de Extremadura que es la que aprueba el Plan de Urbanismo, lógicamente, tiene que estudiar todas las cuestiones que van en él, en una comisión regional que hay. Quiero decir, que todo esto lleva dos tiempos. Si Saponi hubiera sacado El Corte Inglés del plan de urbanismo y lo hubiera aprobado por separado en un proyecto independiente, que lo pudo hacer, lo hubiéramos sacado. Yo, en aquel momento, le ofrecí como portavoz de la oposición que, aunque le votaba que no al plan de urbanismo, le votaba que si a El Corte Inglés por el interés social que tenía para la ciudad. Pero él se empeñó en meterlo dentro del Plan de Urbanismo. En la junta lo echaron para atrás porque era un plan totalmente irreal, que decía que había que hacer trescientas mil viviendas y unos disparates grandísimos. La junta paró el plan y se paró el proyecto de El Corte Inglés.

-Plaza Mayor de Cáceres. Se ha convertido en un punto de encuentro. Sin embargo, siendo peatonal, el PP autoriza el paso de taxis. ¿Se ha encargado más el PP en el año y pico que lleva en el gobierno de destruir lo construido por el PSOE que de poner en práctica el eslogan de su campaña “lo primero el empleo”?

Creo que sí, el PP realmente no quiere cambiar la ciudad. Lo que querían  era gobernar y mandar. Llevan un año y pico y realmente no han hecho nada nuevo. Han terminado los proyectos que nosotros habíamos dejado empezados, han destruido otros como la Plaza Mayor. Ahora mismo la gente demanda, por ejemplo, las fuentes de agua, las tienen cerradas. Está sin recepcionar la plaza por el ayuntamiento, nadie la mantiene. Yo en algunos momentos pienso que la van a acabar estropeando. Es una plaza que a mí me costó sangre, sudor y lágrimas, porque los hosteleros se revolvieron. Decían que perdían muchísimo dinero porque estuvo mucho tiempo abierta. La empresa debió tapar el agujero que se hizo en la plaza, porque es verdad que aquello parecía un campo de minas. Se tapó de mala forma, con lo cual, se veía el socavón y todo el mundo estaba asustado. La obra de la plaza es de muchísima envergadura porque lo que se ve es importante pero todo lo que arreglamos de tuberías, de conexiones, colocar el wifi… todas esas cosas que están por dentro por el subsuelo, lo fueron mucho más. Toda la parte interior de la Plaza Mayor hacía prácticamente cien años que no se arreglaba, con lo cual arreglamos el tema de instalación eléctrica, instalación de aguas… fue una obra impresionantemente buena para la ciudad y de hecho se está demostrando. A mí me costó votos la plaza mayor. De hecho, todavía después de las elecciones, ha habido muchas porras sobre qué pasaría cuando lloviera con la plaza, debatían los viejos del lugar, porque como estaba tan inclinada…. Siempre ha estado así, ahora no la han inclinado más, ¡que tontería!, pero la gente parecía que no se daba cuenta, como había una bandejina… visualmente un poco la anivelaba. Ha habido muchos chistes con el tema de la plaza, pero afortunadamente ahora está resultando para lo que la hicimos, que fuera un lugar de encuentro. Ahora bien, al PP le molestó en su momento, hizo todo lo posible para que la gente se enfadase con el tema de la plaza. No la están manteniendo, yo no sé cuándo piensan recepcionarla. El Partido Popular tiene una gracia especial para en tema mediático y para vender anécdotas pero no tiene un proyecto. Ni tiene un proyecto de región Monago, ni lo tiene de ciudad Elena Nevado.

-Vuelve a subir el paro en Extremadura ¿A dónde nos va a llevar la política de recortes del PP?

Nos lleva a una recesión total y absoluta, a una desmoralización, a un empobrecimiento de lo que es las diferentes estructuras de la sociedad. Nos lleva a quitar y borrar prácticamente la clase media. Como esto siga así va a haber clase alta y clase baja. Y Desde luego, nos lleva a un claro vencedor, que es la banca. Ella va a tener unos dineros, y va a haber unos paganos, que somos los curritos de a pie, que nos están recortando, recortando, recortando…. Creo que se está haciendo muy mal. Vamos a ir a una situación mediocre. Además, se han encargado de despotricar contra todo el mundo: el político es malo, el funcionario es malo, los médicos no cumplen, los maestros están perdiendo el tiempo y dan pocas horas… La gente cae en eso, porque cuando alguien está enfadado porque no hay trabajo y está pasando unas dificultades, necesita chivos expiatorios donde echar la rabia. ¿A dónde nos lleva eso? Nos lleva a que nadie confiemos en nadie. A mí me decía hoy un ciudadano de aquí de Cáceres que están cobrando los arquitectos, que teóricamente pertenecen a una élite, 100 euros por hacer reconocimiento de las casas, porque ahora se le exige a las casas como una especie de ITV igual que los coches. Se está rebajando tanto el caché que al final todos pobres. Es verdad que antes a lo mejor hemos estado todos ricos y todos no éramos ricos, pero pasar al otro extremo a mí me parece muy peligroso, porque si nadie confía en el gobierno, si nadie confía en los políticos, si nadie confía en los funcionarios… ¿Quién mantiene la administración? ¿Qué ponemos a un dictador? ¿Traemos al ejercito que vuelva otra vez a gobernar España? En esto tiene mucha culpa el PP cuando dice por ejemplo: “No es el momento de las ideologías, es el momento de las ideas”. Y ellos, todo lo que están haciendo es por ideología. Ellos quieren una universidad al pie de casa, no quieren que la sanidad sea pública sino privada, ellos no quieren pagar actividades extraescolares porque eso depende de las familias… es decir, hay un planteamiento ideológico total y absoluto, y les viene bien el tema de las crisis para ponerlo en marcha.

-El Partido Popular ha perdido 8 puntos en estimación de voto con respecto a las elecciones generales del 20N, lo que permite al PSOE acortar diferencias y situarse a 6,7 puntos del partido en el Gobierno, según el último barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS). Sin embargo, el PSOE solo sube dos puntos respecto a los comicios de noviembre, y quienes crecen son los partidos minoritarios. ¿Qué política está haciendo el PSOE para recuperarse?

El partido socialista tiene un reto. Es verdad que el PP se está depauperando a marchas forzadas, Sin embargo,  tampoco el PSOE sube, en proporción de lo que baja el PP. Por lo tanto, es algo para que nosotros reflexionemos. Yo creo que en este momento, hay que estar con la gente. El PSOE es un poco esclavo de sus años de mandato en el gobierno. No le puedes pedir a una persona que ha sido ministro en el Gobierno de España que luego se ponga el cinturón y salga a la calle a las manifestaciones a pegar voces, porque sería totalmente anómalo. Yo creo que el ciudadano todavía nos sigue viendo con excesiva responsabilidad o excesivamente sujetos a una serie de decisiones que se tomaron, no propiamente de izquierdas a juicio de muchos. Eso hace que el ciudadano no se fie del Partido Socialista. Tendríamos que hacer un cambio de caras, debería buscar un discurso que le llegue mucho más a la gente de lo que les llega ahora mismo.

-Recortes en sanidad, educación, subida del IVA,… parece que volvemos 30 años atrás. Andrea Fabra grita en el congreso “Que se jodan”, Rajoy no da la cara… ¿A dónde nos lleva la política esto?

Hemos vuelto atrás. Si tu miras los datos, son como los de hace 20 años. Yo soy de la opinión de que los momentos difíciles muestran verdaderamente lo que piensan las personas. Yo entiendo que el PP es un partido conservador, un partido liberal que piensa que el mercado debe mandar y que cada uno debe buscarse la vida con su propio trabajo… Menos estado y más sociedad civil, todas esas cosas que dice Monago. Pero claro, que diga eso una persona que es rica de cuna, me parece hasta normal, que lo diga gente que son lo que son, precisamente porque ha existido un estado de bienestar que le ha dado de una forma más o menos gratis una educación y una sanidad, me llevan a que hay una serie de personas que están con el PP que están desclasadas, porque no pertenecen a una ende, no son de una familia riquísima, o de una familia noble, sino que son personas normales, tipo medio, en algunos casos tipo medio bajo que han podido estudiar porque había una universidad al lado de su casa, que han  podido estudiar porque la enseñanza básica ha sido gratuita, que han podido hacer un viaje porque no han tenido que pagar al médico porque era gratuito. Se está produciendo en algunos casos como puede ser en Extremadura, que estamos en manos de personas totalmente desclasadas. Y para mí no hay nada peor que una persona así, porque no tiene raíces. No está con los suyos, sino con los contrarios. Pero al mismo tiempo, tampoco está en la otra parte, porque no pertenece a allí. Creo que algunas cosas que le oímos a algunos dirigentes regionales del PP es producto de eso. No es correspondiente su ideología con su estatus social y su procedencia.

-25S. ¿Qué le parece la actuación de la policía?

Yo creo que ha sido exagerado, se han pasado tres pueblos. El gobierno se asustó y la policía hace lo que les mandan. Hay unos jefes y unas órdenes y las cumplen. Parece ser que había infiltrados, eso han contado en las redes sociales. En estas situaciones donde uno te pega un empujón y tú contestas, siempre da lugar a la violencia. Me parece que ha sido excesiva la actuación de los mandos, sobre todo de la delegada del Gobierno y del ministro de interior, que además ha querido demonizar todo, incluso ha querido castigar a los que abrieron una cuenta en un banco para poder tener dinero para alquilar los autobuses. Una especie de estado policial como hace mucho tiempo que no veíamos. Me parece un disparate, algo fuera de lugar. También, esto demuestra lo que son.

-¿Están siendo las redes sociales el arma de difusión  que ha dejado de ser TVE por ejemplo?

Las redes sociales las veo en ese sentido muy positivas. Yo estaba el verano pasado en México con mi hijo y la visita del Papa y todo lo que pasó en la puerta del sol lo veía en las redes sociales mucho mejor que si estoy aquí con la televisión encendida. Son poderosas, importantes, y lo hacen muy bien. ¿Cuál es el miedo que yo tengo? Que la gente, toda su energía y su vitalidad, la echa en la protesta que hace en la red social, pero luego no lo hace en otros sitios. Vale como mecanismo de propaganda, para difundir, divulgar, enseguida vemos las fotos… todo eso está muy bien, pero haría falta que eso no tapase el instinto de rebeldía de la sociedad que se siente atacada o pisoteada.

-Aún es pronto para hablar de las próximas elecciones, pero ¿Cree que Guillermo Fernández Vara 
es un buen candidato?

Creo que es un gran candidato. Es una persona preparada, muy digna, que tiene además mucha capacidad intelectual, muy trabajador. No es que lo diga por decirlo, es que lo he visto yo. Fue un buen presidente, independientemente de lo que pasó después y creo que volvería a serlo. Es un activo importante del PSOE extremeño, un gran candidato. Si volviera a gobernar Guillermo, como todos deseamos, las cosas cambiarían radicalmente. Por como analiza las cosas, por como las ve dentro de un contexto.

-¿Cómo valoraría usted el Gobierno de Monago?

Monago creo que se lo encontró. Me parece que va mucho a la anécdota, cree que gobernar es soltar un chiste o una rechifla, o salir en televisión como en la conferencia de presidentes, con la constitución en la mano. Si con eso su ego se llena… Pero no le conozco ninguna medida interesante. El paro no está descendiendo. Me parece excesivamente intrascendente en algunas cosas que dice, en algunos comentarios que hace, como se comporta,… creo que le falta mucho para ser un buen presidente de Gobierno.

-En Junio de este año dimite como Portavoz del Grupo Socialista en el Ayuntamiento de Cáceres. ¿Cómo es su sucesor? Háblenos un poco de él.

Es un sindicalista. El sindicato en Cáceres decidió que quería coger el partido y hacerse responsable, cosa que a mí me parece errónea como táctica política. Metemos todo en el mismo cajón y algo que se podía hacer desde dos lugares, se hace solamente desde uno y con una confusión de roles total y absoluta. Pero esto fue lo que decidieron e hicieron. Está de portavoz, en ese sentido me gusta ser coherente. Una vez que ganó las elecciones a nivel de partido, yo le cedí los trastos y nada más. Los hechos hablarán por si solos.

-Como profesora de la Universidad de Extremadura, ¿Ha notado que haya disminuido el número de alumnos en las clases por la reducción de becas?

Al contrario, han aumentado. Este año tengo muchas más clases y alumnos. Tengo tres clases, cada una de 90 personas.

22.- Para finalizar, Elena Nevado decía hace unos días en unas declaraciones que Tiene la mirada puesta en el 2013, año en el que está convencida de que se harán realidad los proyectos que dinamizarán la ciudad y generarán empleo. Apuesta por el párking de Primo de Rivera, no descarta avances en El Corte Inglés y busca el revulsivo para el comercio cacereño. ¿Será el año 2013 como dice Elena Nevado? ¿Qué cree?

No tengo una bola de cristal, no sé lo que va a pasar en 2013 pero yo leía la entrevista y me parece un cuento de hadas. Creo que ha lanzado, como dice mi madre, la lengua a trapacear, habla sin ton ni son. Creo que ella ha confundido su puesto como alcaldesa de su puesto como candidata, con un programa electoral donde tú manejas buenas intenciones, porque un programa es una redacción de buenas intenciones. Eso de que va a conseguir firmas de alto renombre... En primer lugar, el parking de Primo de Rivera es una cosa al margen del ayuntamiento, es una entidad privada la que va a hacerlo. Lo de El Corte Inglés ha sido una respuesta de manual y con todo lo demás, lo mismo.  En fin me daba la impresión de lo que he dicho antes: estaba hablando por hablar.


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